No te pasa nada raro.
Te pasa que cambiaste.
Y lo que antes te hacía sentido, hoy te pesa.
UMBRAL es para ese momento exacto en el que
la verdad ya no se puede esconder,
y el deseo —¡ese deseo profundo!—
empieza a pedir su lugar.
Tal vez todo parece estar en orden por fuera… pero por dentro…
Sientes que perdiste el sentido en lo que haces
Postergas tu deseo porque te da miedo
Te cansaste de ser tan eficiente y vacía
Sostienes todo, menos a ti
Sientes que hay algo que no puede seguir así, pero no sabes qué se viene
Y aunque no lo hables mucho de esto… sabes que hay algo más esperándote!
Hay días en los que te sientes desconectada de ti misma, como si estuvieras viviendo en pausa.
Quieres un nuevo comienzo, pero no sabes por dónde empezar. La ansiedad, el estrés o esa insatisfacción silenciosa se han vuelto parte de tu cotidiano.
La maternidad, el trabajo o la rutina han terminado por eclipsar tu deseo.
Siempre hay algo más urgente que tú. Siempre hay una razón para postergar tu momento. Pero en el fondo, lo sabes: quieres empezar a vivir tu vida desde la intención, no desde la urgencia.
Reconectas con tus deseos reales
Empiezas a caminar tu deseo, sin esperar tener todo claro
Aprendes a priorizarte sin culpa
Crear tu propio hábitat de transformación
Aprendes a sostenerte sin tantas exigencias, con amor y deseo genuino
Dejas de anestesiar lo que te duele
Te haces amiga del miedo
Reconstruyes desde tu voz, sacando la referencia de la mirada ajena
Te comprometes con una nueva versión de ti
— más honesta, más libre, más viva.
¿Qué cambia después de UMBRAL?
¿Qué incluye?
4 semanas de entrenamiento
Acceso al grupo privado de WhatsApp
1 encuentro semanal en vivo
Lecciones y prácticas durante la semana
Comunidad activa
Acompañamiento y sostén emocional dentro del grupo
Si te anotas antes del 22 de junio puedes acceder a todo esto con precio especial de lanzamiento.
¿Cuánto sale?
Valor: USD 389.
Valor de lanzamiento: USD 299 (hasta el 22 de junio)
*Puedes hacer el pago en dos cuotas
La fatiga no es solo física.
Es el alma pidiendo espacio.
Es la piel extrañando sentir.
Es la vida empujando desde adentro,
para nacer otra vez, sin pedir permiso.

Y sales de tu zona de confort, abres una nueva puerta, llegas a nuevas personas, y en algún punto del camino tu vida termina recibiendo más de ti, no menos.